Madera & Hueso
ÍTALO y HANZEL escrito por Bake
LI y MALO
escrito por Fabianpx
ALDARA
escrito por Me Veras Volver
DALIA y HEIR escrito por Zeh
Roh
CREGH
escrito por Croft
Ilustración de portada por J. M. W. Turner
Idea original creada por Naxo
Revisado y reescrito por Zeh Roh
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Parte I
ESTE
Capitulo I
Veringrad
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Un aliento suave vino acompañado del tacto de unos labios tibios. Los sonidos empezaron a organizarse, a tomar sentido en mi cabeza. Abrí los ojos. Entre mis manos había un vaso prácticamente vacío de Crystalina; escuchaba algunos idiotas tocando una pieza romántica no muy lejos de mí; los labios que habían besado mi cuello ahora se apoyaban en mí boca. Y todo terminó de cobrar sentido.
Torcí el cuello un
poco, y me incorporé. Sentí su mano acariciándome el pelo mientras corría mi
capucha con su nariz. Mi rostro quedó al descubierto.
—Cariño, ¿por qué traés
la cara pintada? —dijo, mientras ponía una rodilla a cada lado de mis muslos.
Noté como una sonrisa se me dibujaba en la cara.
—Eh… Estoy
partiendo por una misión. Quizá sea la más importante de mi vida.
Ella sonrió. La
miré a los ojos; su belleza era desconcertante.
—Y cuándo vuelva,
¿sabes que voy a hacer? —dije, apoyando mi mano en su pierna izquierda.
—¿Qué? —preguntó,
mientras se corría el cabello.
—Voy a comprarte
todo lo que quieras —le susurré al oído—. Vas a poder ser una reina.
Ella sonrojó y se
rió. Me quede mirándola, sintiéndome extraño. Sería que su sonrisa me había
cautivado, y eso me hacía sentir mal. Esa era mi triste manera de tapar esa
sombra que había nacido en mí hace ya varios años. Nadie sabía de eso, por
supuesto. Mis conocidos no tenían la más mínima sospecha de que algo podía
perseguirme a mí, un Del Valle. Pero esos ojos, ese cuerpo y la Crystalina con arándanos lograban que olvidara
por completo. Sin embargo, la palabra sombra
seguía rebotando en mi cabeza.
—¿Seria… tu reina?
—susurró ella también.
—Sí. Claro que sí —dije,
mientras desprendía su sostén con mi mano derecha.
Solo me sentía
complacido cuando creaba algo en ella; sino no valía la pena. Tenía que ver
como sonreía, y como se ruborizaba. En ese momento sí podía olvidar mi sombra.
Empezó a desprender
mi camisa oscura, y luego apoyo su pecho sobre el mío. Sus besos empezaron a
volverse más y más salvajes. Podía sentir su corazón latiendo rápido, pero sin
brusquedad. Eran como los latidos de una virgen enamorada. Eso me volvía loco,
o por lo menos borraba la sombra completamente, y eso me traía felicidad.
La sombra.
Quizás ella era la
indicada para lo que seguía después en una relación; una vez que mi sombra
fuera ahogada. Sí, tal vez ella lo era.
Bajo una mano, y
desprendió mi pantalón.
Quizás lo era. Era
una belleza, pero necesitaba que fuera más que solo una puta. Aunque era mi
favorita, y la que mejor hacía desaparecer mi sombra, ¿seguiría siendo lo mismo
luego de ese acto?
Ella se acomodó, y
solté un leve gemido. Sus latidos se volvieron más rápidos, aunque seguían
siendo suaves. Siempre bellos.
Existía la pequeña
posibilidad de que sintiera amor por ella. O podía ser la Crystalina.
Habían solicitado
mi presencia por carta. Quizá no iba a volver a verla. Pero faltaba tiempo para
la fecha. Por el momento, el universo éramos solo ella y yo.
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